La mujer del flujo de sangre

Lucas 8:43-48 Quiero preguntarte ¿Doce meses te parecen poco tiempo o mucho? Si estamos sanos y empapados de nuestra rutina seguro que doce meses se hacen largos pero a la vez un año pasa muy rápido si tu temporada es buena. Imagina doce años con una enfermedad que ha acabado con todo. Tu bolsillo,tus ganas de vivir y tu vida se desmorona como un castillo de arena cuando es barrida por una ola del mar. Imagina que la sociedad te desecha y pasas a ser un simple enfermo más. Ahora mira esta historia. Esta mujer se encontraba en la ruina después de haberlo tenido todo. El hecho que se haya permitido buscar de médicos y curas me hace pensar que su estatus quizás no era el de ser una mujer pobre,sino todo lo contrario. Su terapia era cara,pero al ver que no sanaba y para más inri no solo perdía toda su capital sino que el miedo contínuo azotaba su mente. Dejando atrás toda esperanza en sanarse cuando perdía cada gota de sangre. Ese flujo no cesaba,ese flujo dolía y solo abría la puerta al temor. Cuando pienso en una persona enferma,pienso en el abandono que sufre. Conozco a muchas personas que cuando enferman tienden a aislarse de todo y de todos. En el caso de esta mujer,sé que estaba perdida porque sus opciones y sus soluciones,se habían agotado. Su cuenta estaba en números rojos. El crédito se había consumido. Ciento cuarenta y cuatro meses habían pasado. Cuando escuchó sobre un tal Jesús que resucitaba y sanaba enfermos.Entonces,su corazón que titilaba como una luz menguante se vuelve a encender con un brillo cegador. Decidió aferrarse a su única opción y solución: Jesús de Nazaret. Entonces Jesús la vió y le cambió la vida entera. El poder de Jesús salió de Él porque esta mujer creyó tanto que olvidó el porque le seguía. Solo necesitaba tocar el borde de su manto. En su corazón ella decidió creerle a Jesús y desechar la mentira que estaba condenándola. Su fe dijo: ''Yo saldré al encuentro de Jesús y tocaré su borde,me arriesgo a quizás ser juzgada,tomo el riesgo de arrodillarme en el suelo y quizás ser golpeada por la multitud,pero debo hacerlo porque yo creo que Jesús es mi ayudador,el que levantará mi cabeza tras doce largos años de lucha y solo es Él quién sanará mi útero desde hoy y para siempre. Yo creo que soy sana''. ' ¿Sabes porqué esta mujer tocó su atuendo desde atrás? Por que era un símbolo de respeto y reconocimiento de su gran autoridad. Acto seguido Jesús le dice: ''Hija tu fe te ha salvado''. Fíjate que aquí no dice sanado. La fe que experimentó la mujer era para salvación y después de ser salva,vino de la mano el ser sana. Hoy puedes decir : ¡ Ayúdame Señor yo se que Tú si puedes! Pero debes tomar tu problema y llevarlo a los pies de Jesús,creyendo en tu corazón que es una oportunidad para acercarte a Cristo.

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